Escrito por ELT
Amanecía un día frío, nublado y apagado, de esos que solo te apetece volver de nuevo a la cama, pero el deber me llamaba, debía acabar un trabajo para un cliente.
Decidí entonces tomarme un súper café y justo eso me disponía a preparar cuando de repente oigo que el movimiento del portar es mayor al de otros días y sobre todo y más importante, oigo una voz femenina.
Por supuesto no puedo quedarme con la duda.
¿Que narices pasa ahí fuera?
Decidí mirar por la mirilla y…
Parece mi nueva vecina hablando por teléfono,que por cierto va en pijama. Y parece algo desesperada…
En fin.
Yo sigo con lo mío.
Mi café, mis tostadas y mientras preparo todo pienso como planificar mi día.
Enciendo la tv y es todo gripe, política y desolación y decido poner el canal mirilla.
No sabes que es?
Es un buen invento, lo pones en la mirilla y puedes ver desde la tele lo que ocurre en el descansillo.
Y ahí seguía mi vecina, sentada en un escalón, triste y…. y…. Pero…
Vaya par de tetas!
Es uno de esos pijamas finitos que deja entrever todo lo que un hombre no debe ver si quiere concentrarse en su trabajo.
Creo que me he puesto nervioso y al mismo tiempo me siento culpable por disfrutar de las grandes vistas que ofrece mi vecina sin ella provocarlo..
Que hago?
La pregunto?
Hago como si fuera a salir?
No tengo que salir a nada!
Ahí fuera solo ahí gripe!
Y mi vecina….
Mi vecina con ese pelo negro y rizado.
Con esa piel blanca que la hace semi transparente…
Es alta, delgada y guapa..
Pero triste!
Venga va!
Saldré a preguntarla!
– Hola ¿puedo ayudarte en algo?
-Vecina: no gracias, se me cerró la llave al salir a recoger un paquete de Amazon pero he hablado con mi casero para que me abra.
-Ok, cualquier cosa me dices.
Cerré mi puerta y me quedé con cara de gilipollas.
Podré de mi vecina!
La podría a ver dicho que pase y que espere dentro!
Pensara que soy imbecil.
Sin dudarlo un segundo agarró mi cafe y salgo de nuevo.
-Hola de nuevo, hace frío y te he preparado un café mientras esperas.
-Vecina: No tomo café, pero tengo frío y necesito algo caliente.
-Pasa por favor y seguro que encontramos algo.
Me conto que estaba sin llaves y que llevava mas de 3 horas ahi fuera y me dio repetidas veces las gracias por haberla dejado pasar.
No sabia si trabajar mientras ella estaba ahi.. Le ofreci ver algo en la tele para que asi pasara el tiempo mas deprisa y asi fue..
nos sentamos ambos ella con un poleo y yo con mi cafe. Y nos armamos con una manta, era estraño por que no nos conociamos pero podia notarse
la tension entre nosotros.
Despues de acabar con nuestros respectivos desayunos ella se medio encogio en el sofa y acabo quedandose dormida, me habia encerrado con sus preciosos pies y
no queria despertarla.
Su pie coincidia de alguna manera con mi pene, cada vez mas duro… y lo movia continuamente.
Empece a pensar que no estaba dormirda y que se estaba aprovechando de la circustancia a si que me hice lo mismo.
Si, yo tambien decidi hacerme el dormido, creo este seria el atajo mas rapido si queria que esta situacion se solucionase tal y como yo soñaba.
Mi mano cayo sobre uno de sus muslos y fue cayendo lentamente hacia sus nalgas, mientras ella seguia acariciando mi pene suavemente con sus pies.
Ella coloco su mano sobre mi cabeza y comenzo a acariciarme.
Ya estaba claro, nos estabamos liando, deje hueco para que se incorporara y se tumbara junto a mi pero ella se puso de rodillas sobre el sofa y mientras me quitaba los pantalones me miro fijamente y me dijo – Gracias por dejarme pasar a tu casa.
Saco mi polla dura de los calzoncillo y comenzo a darla lamentones.
Yo solo podia mirarla estupefacto y mirar sus ojos verdes mientras me devoraba.
Se coloco encima y de cunclillas y me follo sin dejar de mirarme.
Sono su movil y se fue rápido y sin despedirse, desde entonces cada vez que quiero follar con ella solo tengo que ofrecerle un poleo menta.